lunes, 8 de diciembre de 2014

“El GIN TONIC”.

El mejor GIN TONIC, degustarlo en buena compañía. El mundo del Gin Tonic puede llegar a ser un océano de sensaciones y perfecta armonía, solo se tienen que respetar los pasos a seguir y ponerle mucho cariño. 

En 1783 Johann Jacob Schweppe (1740-1821), joyero de origen alemán residente en la ciudad suiza de Ginebra, ideo un sistema eficaz para introducir burbujas de anhídrido carbónico en el agua envasada en botella, nace el agua carbónica. El agua con gas y luego las sodas de frutas hicieron furor. La empresa que fundo la estableció en Londres en 1792, capital europea de la época, poniéndole su apellido por nombre. (Cabe señalar, que este avance a nivel científico se debió al clérigo británico Joseph Priestley, que había aislado el oxígeno en estado gaseoso y descubrió la carbonatación del agua). 

En 1870 fue cuando la compañía J. Schweppe & Co. tuvo la genial idea de incluir quinina (Cinchona pubescens) en su soda carbonatada, para así producir el agua tónica (La quinina, es un alcaloide de la quina, principio activo de este medicamento febrífugo. Es una sustancia blanca, amorfa, sin olor, muy amarga y poco soluble, que se emplea en forma de sales). A partir de ahí aparecía la Tonic Water como tal, y en India las tropas británicas sustituyeron en agua que acompañaba la ingesta de la quinina por soda, para hacerla más digestiva, así aparece la Indian Water Tonic, una bebida refrescante y un remedio para combatir la malaria (paludismo). En la actualidad el contenido en quinina de la tónica es insignificante. (Se tienen las primeras noticias documentadas del uso de la quinina en el tratamiento de la malaria, cuando en 1638 Dª Francisca Henríquez, esposa del virrey del Perú y Conde de Chinchón,  se curó gracias al polvo de la corteza del "quino"). 

Las versiones sobre el origen del Gin Tonic son múltiples, unos aseguran que los soldados británicos bebían agua tónica por sus propiedades contra la malaria, debido a la quinina que contenía, y para mejorar su sabor amargo le agregaron Ginebra. Otros hablan que para celebrar las sucesivas victorias de las tropas británicas en India a finales del siglo XIX, un alto oficial británico propuso añadirle ginebra a la tónica para elaborar este combinado alcohólico, no queda claro si se escogió la ginebra por ser la ciudad donde residía Schweppe al inventar la tónica, o si esto se hizo debido a las propiedades medicinales que desde la antigüedad se han atribuido a la ginebra.

El “Gin Tonic”: un golpe de ginebra sobre una tónica. 


Elegir y disfrutar de su elaboración es el punto de partida para degustar una bebida muy “british”, que marca diferencias y seduce cualquier paladar. 

Donde lo servimos: El ritual de preparación parte de la elección del contenedor; para unos pocos el clásico vaso de tubo o la copa de martini, los más prefieren un vaso tipo maceta o copa balón, aunque es recomendable un vaso de boca ancha cónico y corto de altura. El motivo es que la ginebra y la tónica necesitan de una boca ancha para que se oxigenen y desprendan todo su arsenal de aromas.
La elección como contenedor de la copa de martini, es inadecuada, aunque admisible para tragos muy cortos; el vaso de tubo, totalmente prohibido (muy utilizado debido a se resistencia, versatilidad y y escasa capacidad al introducir unos cubitos en él); la copa balón, muy utilizada, de gran capacidad y tragos largos ("long drink"), habitualmente cargada en exceso de cubitos de hielo, en la mayoría de los casos de baja calidad, corre el peligro de aguar el combinado; en su caso, sujetarla por el pie y debido al exceso de peso, buscar un lugar donde dejarla entre trago y trago, se calentara en caso contrario.
El vaso ancho, tipo "maceta", conocido en el Pais Vasco como "zurito alto", poco adecuado, pero lo menos malo (mismos problemas que la copa balón). Muy recomendado es el Vaso Tumbler mediano en el que se sirvieron los primeros gin-tonic de la historia, vasos de tubo bajos, anchos y de cristal muy fino, eran muy corrientes en la Inglaterra del siglo XIX, muy agradables en su contacto con la lengua y los labios. Para un trago de media tarde o aperitivo, es recomendable el vaso "Old Fashioned", preferible tallado y de Bohemia, de una capacidad muy ajustada a un trago corto (British Style), con un tacto seductor y un peso perfecto.
El vaso o copa ha de estar frío, no en escarchadoras de copas o frigorífico que puedan aportarle agua o algún olor que dañe el combinado. Desde hace unos años han aparecido unos aparatos que escarchan con CO2 (excesivamente caros), pero pocos locales disponen de él. Lo ideal y la forma más sencilla, es echar unos cubitos de hielo en el interior del vaso, remover hasta que el cristal coja la temperatura adecuada y descártelos.

El Hielo: Añadir a continuación nuevos cubitos, grandes y compactos, tardan más en derretirse y con vertiese en agua. El objetivo de estos es enfriar el gin tonic, sin aguarlo. Dos cubitos macizos si se prepara al "British Style" y unos cuatro grandes si se sirve en copa balón, todo dependerá del vaso o copa. 


El agua a utilizar ha de ser lo mas pura posible, de mineralización débil, para así enfriar el combinado sin que se diluyan estos. Los cubitos "domésticos" hechos con agua del grifo, no serán cristalinos debido al cloro, esto se puede evitar hirviendo el agua antes de congelarla o utilizar agua mineral embotellada. Cabe señalar que los refrigeradores domésticos pueden trasvasar olores a los cubitos; con el problema añadido de ser estos blandos y se derriten en poco tiempo. Los cubitos "industriales" han de elaborarse con agua descalcificada y filtrada (sistema de osmosis inversa) u ozonizada, para eliminar malos olores, partículas y otros elementos ajenos y otorgarle su bella transparencia. La cubeta de recogida de los cubitos ha de estar como mínimo a -21º, para que no comiencen a derretirse, y si es posible envasarlos en bolsas para que no absorban olores. Antes de ser servidos han de estar extremadamente fríos, a partir de -25º sería lo ideal, para que no se diluyan aguando el combinado.
Mejor macizos que aquellos con un agujero en el centro; a más superficie, antes se derriten. Otra alternativa muy recomendable, sería la compra de bolsas de cubitos industriales en supermercados y gasolineras, que han de cumplir los controles de calidad preceptivos y no se haya roto la cadena de frío.  Aunque lo ideal, muy utilizado por expertos "bartenders" y exigentes clientes, seria el uso de los cubitos "Premium" elaborados, entre otras, por la "Compañía Nice Project" que ha trabajado para los mejores restaurantes y coctelerías del mundo (incluido El Bulli). Produce cubitos con agua osmótica, sin oxígeno y con una forma cúbica perfecta; transparencia espectacular, brillo relevante y el proceso de deshielo muy lento debido a la falta de oxígeno. Estos pueden personalizarse, pero su precio es diez veces superior a los convencionales.

La Ginebra: A cada 20 cl. de tónica, le corresponden 5 cl. de ginebra. Otros proponen mezclar 1/3 de ginebra y 2/3 de una tonic que combine.
Claro si preferimos un gin-tonic intenso la dosis máxima sería de 7 cl. de ginebra, si por el contrario solo deseamos perfumar la tónica podemos bajar a 3 cl. La ginebra puede y en algunos casos debe estar en el congelador. Vertemos la ginebra de nuestra elección, a cierta altura de la boca del vaso, para que esta se oxigene. Claro esta, la cantidad va a depender del tipo de ginebra y del momento en el que se vaya a consumir; por ejemplo, para tomarlo como aperitivo hay que servir unos 2-3 cl., si lo vamos a tomar después de una comida se recomienda de 4 o 5 cl., nunca más, pues estamos ante un cocktail de trago largo que debe ser suave. Para calcular la cantidad exacta, utilizaremos un "jigger" o medidor, en caso de no tener uno a mano, podemos utilizar el tapón de algunas ginebras como la G'Vine o la Gin Mare, de una capacidad de 5 cl. Los medidores suelen ser de metal, con forma de reloj de arena, y una capacidad en la parte ancha de 4 o 5 cl. y en la estrecha de 2 o 2'5 cl.

La invención de la ginebra, aunque muchos consideren su origen británico, la encontramos en Holanda, allá por el siglo XVII. Las de los Países Bajos se obtienen por fermentación de cereales, frente a las inglesas que son por destilación. Se tratan de ginebras muy rusticas que saben a cereales, se añejan y tienen menos graduación (Bols o Amsterdamsche).

Un tipo de ginebra tradicional y muy recomendado para el Gin Tonic es el “London Dry Gin”, un destilado normalizado por la Unión Europea que debe cumplir entre otros requisitos, estar elaborado artesanalmente con al menos ocho botánicos (raíces y semillas secas) en un alambique de cobre, tener al menos un mínimo de 37’5% de alcohol, y no añadirle alcoholes después de su destilación, ni azucares o colorantes.

La Tónica: Ante todo, olvidarse a la hora de combinar el "mixer" (bebida susceptible de ser mezclada con alcohol), la tónica con la ginebra, de perforar la chapa y utilizarla como "sifón", lo único que conseguiremos es eliminar el anhídrido carbónico (CO2) de la tónica. 
Tampoco utilizar la cucharilla "Imperial" para deslizar el líquido; el sumiller del Bulli, Ferran Centelles y la empresa "Fever Tree", tras un exhaustivo estudio nos indica: "todos los tratamientos físicos que impliquen alguna fricción con el "mixer" antes de que llegue a la copa harán que la bebida pierda carbónico". Tambien comprobaron que una tónica caliente provoca una perdida de CO2 de un 20%, al igual que con la dichosa cucharilla. Por último, elegida la tónica adecuada a su ginebra (Fever Tree, Schweppes, Fentimans, Q Tonic o Boylan) y respetar al máximo la calidad del combinado, verterla suavemente sobre el cubito mas cercano a la superficie ya la mínima distancia, dejando reposar el combinada para que desaparezca el ligero picor del exceso de burbujas. La tónica ha de estar imprescindiblemente fría (entre 4 y 8 ºC) , importantísimo para la futura permanencia de la burbuja. Elaborada la combinación, puede utilizarse una cucharilla o la "Imperial", para dar un pequeño toque breve y decidido, semicircular y ascendente, para mezclar los dos líquidos antes de aromatizar y así asegurarnos de una mezcla correcta. 

Aromatizar: Entre los ingredientes habituales para aromatizar el gin-tonic encontramos los cítricos (no utilizar el zumo del limón u otro, como aconsejan en algunos locales, pues el acido cítrico de este mata las burbujas de la tónica, y el gin tonic pierde buena parte de su esencia y gana acidez)
Para aromatizar el combinado se  aconseja una rebanada vertical de la piel de un limón verde, fresca y recién cortada (evitando la piel blanca y la pulpa), pues ella contiene los aceites esenciales (terpenos y ácidos aromáticos). Para realizar el corte utilizar un "cuchillo para cítricos" (de doble filo) o un "pelador" domestico. Sin tocar la piel, cogiendola por los extremos con unas pinzas, hacerla girar y pasarla por el borde de la copa, antes de depositarla en ella, para que se impregne el combinado de sus aromas y queden en suspensión las esencias que serán captadas al acercar la copa o vaso a la boca-nariz. Este trozo de piel de cítrico, es lo que se denomina "twist" (torcido o contorsión), uno de los elementos diferenciales de un buen gin-tonic. Otros aconsejan la piel de lima, que al retorcerla dejara salir unas pequeñas micro-gotitas, "el espíritu de la lima". Esta y aquel, potencian los matices del enebro, especialmente en las ginebras tradicionales.

Ademas de lo expuesto con anterioridad, podemos aromatizar "por proximidad", es decir, escoger alguno de los botánicos que hayan intervenido en la elaboración de la ginebra; o "por contraste", aunque el riesgo de elegir algún ingrediente que no case con la combinación, puede estropear el sabor del gin-tonic. Pero ante todo, hay que tener en cuenta que el aromatizante tarda un tiempo en dejarse notar en toda su identidad y por favor, no convertir el gin-tonic en una ensalada.


El listado de ingredientes para aromatizar el combinado, es extenso. Los imprescindibles serian: bayas de enebro, el limón, la lima y la naranja. Y otros como: almendra amarga, manzana, frambuesa, mora, grosella, pomelo, granada y uva, entre las frutas, incluso pepino. Plantas como el hinojo, romero, tomillo y te verde o japonés. Flores como pétalos de rosas, lavanda, violetas, manzanilla o azahar. Y espécies: angélica, anís estrellado, canela, cardamomo, cassia, cilantro, comino persa, diente de león, granos del paraíso, haba tonka, jengibre, nuez moscada, pimienta, regaliz o vainilla.

Por último, y no menos importante, el Barman o Bartender (ingles americano), profesional encargado de preparar y servir bebidas alcohólicas en la barra de un bar, centrado ademas en el trato, la atención y asesoramiento de los clientes.




Nunca rellenar el gin-tonic, mejor preparar otro. 

Winston Churchill afirmo: “el Gin Tonic ha salvado mas vidas y mentes de ingleses que todos los doctores del país”. 


"Al degustar un gin-tonic nos aborda una deliciosa excitación provocada por por la sensación helada, burbujeante y dulce con ese apunte de amargura aportado por la quinina, para dar paso a la presencia de la graduación de la ginebra. En medio segundo, todas esas burbujas se subliman y proyectan a nuestro olfato el aroma integro de la ginebra, acompañado en otro plano por la intensidad cítrica y ligeramente ácida de la tónica. En el primer sorbo, aparece de forma elegante el profundo sabor amargo de la quinina, que deja paso al sutil retronasal del destilado."

Información Nutricional: Se refiere a un Gin Tonic de 200 ml.

- Energía: 170-175 cal.

- Proteínas: 1,85 gr.

- H.C.: 4,25 gr.

- Colesterol: 0,00 mg.

- Ca: 31,45 mg.

- Vitamina A: 3,70 µg.

- Vitamina C: 63,60 mg.

- Ácido Fólico: 11,10 µg.

El Gin Tonic se considera como un magnífico digestivo, pues la perfecta conjunción de amargos, dulces y anisados presentes en el combinado, acelera la digestión.

Marcas de TÓNICA recomendadas para el Gin Tonic: 

A partir del 2005 han aparecido en el mercado nuevas tónicas denominadas "Premium", que se diferenciaban de las anteriores por el uso de quinina natural, aguas de manantial y edulcorantes naturales; tónicas de más calidad que combinan a la perfección con las ginebras "Premium", que se comercializaban desde años atrás.



Análisis y función de los ingredientes de la Tónica:

- Agua Carbonatada. Más conocida como soda, se obtiene al añadir dióxido de carbono presurizado al agua. Así se crean las burbujas.

- Quinina. Este alcaloide, utilizado para combatir la malaria, se usa como potenciador del sabor en el agua tónica, y es lo que le confiere su característico sabor amargo.

- Ácido cítrico: Aditivo muy utilizado en la industria alimentaria y de refrescos, aporta acidez, en este caso, para mitigar el sabor amargo.

- Azúcar: Formada por una molécula de sacarosa y otra de fructosa, se utiliza para endulzar y rebajar el amargor de la soda y de la quinina.



El consumidor de tónica, podrá apreciar que esta desprende una luz azulada al aplicársele una luz ultravioleta. Esto se debe a que contiene un alcaloide, concretamente un sulfato con fosforescencia natural, que produce este efecto.

- Fever Tree, (Reino Unido) clara, pura, suave y ligera, con un cierto sabor cítrico y un tanto insípida. La única de su clase elaborada íntegramente con ingredientes naturales sin ningún aditivo artificial (edulcorantes o conservantes). Está elaborada con quinina natural extraída del “árbol de la fiebre” de Ruanda (de ahí su nombre), azúcar de caña, agua mineral de manantial, aceite de naranja amarga, semillas de cilantro y ralladura de limón. Después de filtrarla y antes de embotellarla, aún fría, se le añade el carbonatado. La fina burbuja de la Fever Tree puede parecer más fugaz, pero en realidad es más natural. Si se es cuidadoso a la hora de servirla, sus sutiles burbujitas permanecerán en la copa hasta el último trago. Crítica y muy equilibrada: sin duda la mejor Tonic Water que se puede encontrar en el mercado, recomendada por el mismísimo Ferrán Adriá para realizar este combinado. La ventaja de unas burbujas tan ligeras es su respeto por los aromas de las ginebras, permitiéndonos apreciar con mayor nitidez el carácter botánico de algunas de ellas, además de sus clásicos sabores cítricos y especiados. Una tónica británica deliciosa, con un gusto y aroma únicos que revoluciono el mundo de esta bebida. Utilizar en gin tonic de “alta gama”. Han presentado unas nuevas tónicas "Mediterraneam" y la "Naturally Light Indian".

- Schweppes, (Reino Unido) la más tradicional y origen del agua tónica. Fué patentada en 1848. Combina bien con ginebras secas. Es la más dulce y junto con la Fentimans la más cítrica. Crítica: es una “tónica maquillaje”, da la impresión de ser más fresca porque lleva mucho gas carbónico añadido, y resulta una tónica “engañosa”, ya que mitiga los aromas de las mejores ginebras y esconde los defectos de las ginebras mediocres. Han presentado unas nuevas tónicas denominadas "Premium", una gama de cuatro "mixers", tres aromáticas (pimienta roja, jengibre y cardamomo, y azahar y lavanda) y la Original. Esta última, es una tónica equilibrada, brillante y clara, de aroma fresco y natural, con ricos matices cítricos y finísima burbuja, es perfecta para los amantes del gin-tonic.

- Fentimans, (Reino Unido) agua tónica de carbónico intenso, profundamente amarga (la más cítrica), pero se equilibra con sus notas herbales e ingredientes naturales, entre los que destacan una base de grano, corteza molida de quinina, limoncillo de Asia, caña de azúcar y agua purificada. Contiene una mínima cantidad de alcohol (0’5%) debida a la fermentación de sus ingredientes, que sigue produciendo en la botella. Muy combinable, de burbujas amplias y finas, donde predominan las notas cítricas y terrosas de la quinina. Creación de Thomas Fentiman y sucesores en 1905, al igual que el botellín de época que la contiene (marrón y verde).

- Q Tonic, (EE.UU.) un agua tónica que incorpora jarabe de agave orgánico mexicano (edulcorante beneficioso para los huesos) que le da un ligero dulzor, componentes aromáticos naturales y quinina recogida a mano en los Andes peruanos. Elaborada con agua tristemente purificada y extracto de zumo de limón Muy natural y seca,entre amargos y dulce, con un gas muy fino pero potente que se disipa rápidamente. Que tenga un 60% menos de calorías que otras tónicas, la hace muy digestiva. La más cara del mercado.

- Boylan, (EE.UU.) fresca, equilibrada, muy seca y endulzada ligeramente con caña de azúcar No sirope de maíz) fácil de combinar. Prescinde de conservantes y colorantes artificiales. Un tanto insípida, cristalina, fresca y ligeramente dulce, con un buen gas carbónico que se disipa pronto. Con más de cien años de producción, desde finales del siglo XIX, se ubicada la planta de producción en la actualidad en Moonachie, Nueva Jersey. La más nueva en nuestro mercado.
- Markham, (India) rinde homenaje al explorador, geógrafo y botánico ingles del siglo XIX Sir Clements Robert Markham, que llevo desde Peru a India los primeros arboles de cinchona (quinos) contribuyendo a la lucha contra la malaria en aquella colonia inglesa e introdujo la quinina en el agua carbonatada. La nostalgia colonial define el espíritu de esta tónica lanzada en 2012, elaborada con ingredientes naturales como la quinina del sur de Asia, aceites de naranja de Brasil o pomelos rosas de Florida. Elegante, suave, ligera, con un toque amargo y una mezcla de componentes botánicos perfecta. Una burbuja muy fina y una optima carbonatación. 


- Thomas Henry, (Alemania), con un perfil intenso y deliberadamente amargo por su alto contenido en quinina cinchona. Elaborada con agua mineral natural, azúcar  acidulante, ácido cítrico y carbónico, y aromatizante natural. Una tónica dulce con un final amargo en boca, de burbuja persistente y un aroma de intensidad media, seca y un carbónico bien integrado. Su nombre ensalza al pionero de las bebidas carbonatadas, el boticario Thomas Henry.



- 1724, (Los Andes), reivindica el origen sudamericano del arbusto del "quino", de donde se estrae la quinina. Debido a su quinina sudamericana, es menos amarga que aquellas de procedencia asiatica (en la mayoría del resto de las tónicas). De aroma a piel de mandarina, equilibrada y sin aristas. Toma su nombre de los 1.724 metros de altitud de los caminos del Inca de Perú. Se elabora con agua de la Patagonia argentina y es embotellada en Chile.
- ME Tonic, (España) nacida en 2011. Una tonica fresca, intensa y singular, con una selección de ingredientes poco habituales como el yuzu japonés de la región de Wakayama y la pimienta negra. SE caracteriza por su bajo aporte calórico.
- Ledger's Tonic, (Alemania) homenajea a Charles Ledger que descubrió en 1864 en Bolivia una variedad de "quino", cuya quinina era de bastante mejor calidad que la de Perú. Una tónica brillante, fresca y transparente, vigorosa y refrescante, con una burbuja fina y persistente y un regusto agridulce. Endulzada con Stevia. La botella se inspira en el tronco del arbusto del "quino".
- Britvic, (Inglaterra) elaborada de forma artesanal y una quinina totalmente natural procedente de India. Con un marcado carbónico y una efervescencia corta. Poco dulce, con ciertas notas cítricas. Fue lanzada en 1972 por una empresa que embotellaba zumos de fruta sin conservantes. 
- Indie, (España), elaborada de manera artesanal a partir de botánicos macerados y destilados en alambiques de cobre, por la empresa Casalbor del Puerto de Santamaria.



Postres de Gin Tonic.

Nuevas formas de consumir una bebida centenaria: Gominolas, helado y sorbete de Gin Tonic. 

El postre más famoso de esta categoría es el "Ching Flix”

Nueva Orleans puso de moda el Gin Fizz, un cóctel a base de ginebra, zumo natural de limón, soda y azúcar. Rodrigo García ha dado una vuelta a este trago corto para ofrecer en Oviedo una bebida distinta, que ha bautizado como ‘Ching Flix’ y que ofrece como postre en su menú. La receta ha sido un éxito desde que hace algo más de cuatro meses abriera las puertas de su establecimiento hostelero, “La Catedral del Vino”, que García define como bar especializado donde se sirven comidas.

El “Ching Flix” se inspira en el Gin Fizz, aunque se compone de sorbete de limón, ralladura de limón, ginebra y tónica. «Emulsiono en la thermomix durante unos diez segundos bola y media de sorbete, para que quede más líquido, con dos chorros de ginebra y ralladura de limón, y lo vierto en un vaso inclinado», explica Rodrigo García. Al añadir la tónica, ésta queda por debajo del sorbete en tanto que por encima se forma una espuma por la acción del gas. «Quedan tres texturas, la más líquida abajo, la mezcla más sólida del sorbete con la ginebra en el centro y la espuma en la parte superior», añade el hostelero ovetense, que aconseja a sus clientes tomar un par de cucharaditas de la espuma, con sabor amargo, antes de mezclar el resto de los componentes o de beber el combinado con una pajita.

El ‘Ching Flix’ es ya la marca distintiva de La Catedral del Vino; lo que comenzó siendo un postre se ha convertido además en un trago corto que cuenta ya con muchos consumidores. «Es digestivo para tomarlo después de comer y refrescante, resulta un poco dulce y no te amarga; gusta incluso a los bebedores habituales de gin tonic», asegura García, que invita a hacerlo en casa. «En el mercado hay incluso sorbete con ralladura de limón ya incorporada, con lo que se ahorra trabajo», señala. Para quien decida rallar el cítrico, recomienda utilizar un limón un poco verde.

Helado de Gin Tonic.

Receta del Restaurante Akelarre. Pedro Subijana. San Sebastian.

Ingredientes (para cuatro personas): 

- El Gin Tonic: 36 cl. de tónica, ½ dl. de ginebra, 5 hojas de gelatina.

- Salsa de limón: 1 limón, 50 gr. de agua, 100 gr. de azúcar, 17 bayas de enebro.

- La teja: 100 gr. de azúcar glace, 50 gr. de harina, 50 gr. de jarabe: 25 gr. de agua + 25 gr. de azúcar, 50 gr. de glucosa.

- Sorbete de limón: 1/4 de litro de zumo de limón, 250 gr. de azúcar, 1/2 de litro de agua, 2 claras de huevo. 

Para el Gin Tonic: Se pone la gelatina a remojo. Se disuelve en el fuego, con la mitad de la tónica. Se pasa a un bol y se va añadiendo, poco a poco, el resto de la tónica y la ginebra procurando que no se hagan burbujas. Se deja cuajar en el frigorífico.

Salsa de Limón: Se corta la corteza de los limones en juliana muy fina. Se pone a cocer con el azúcar y el agua. Cuando el jarabe esté bien espeso se añade el zumo de uno de los limones y se mezcla la salsa resultante con el enebro finamente picado.

Para la Teja: Se mezclan bien todos los ingredientes. Sobre un silpat se extiende a lo largo una capa muy fina de la masa. Se mete al horno a 200º durante 5 minutos. Se saca, se deja enfriar y se trocea en formas irregulares.

Sorbete de Limón: Se exprimen los limones hasta obtener 1/4 de litro de zumo. Por otro lado, se hierve el azúcar con el agua y se deja enfriar. Una vez frío, se añade el zumo de limón y la ralladura de los limones. Se mezcla bien y se mete en la heladora. Cuando esté a medio montar, se añaden las dos claras de huevo a punto de nieve, y se termina de montar.

Presentación: En un lado del plato se hace un mil hojas con la gelatina y las tejas de caramelo. En otro lado se pone el sorbete de limón. Se termina de decorar el plato con la salsa de enebro y la juliana de limón.


Otra vuelta de tuerca.


- Gominolas, Llágrimas, Turrón y Bombones de Gin Tonic. Y ahora, caramelos de gin-tonic. Ahí es nada, un hostelero donostiarra, Paul Bordonaba, se ha decidido a fabricarlos y tiene pensado comercializarlos próximamente a través de la red de redes.


- “SEA TONIC”: El Gin & Tonic del Mar. 


El Chef Ángel León del Restaurante Aponiente (Puerto de Santa María), con una estrella Michelín, uno de los referentes creativos en la cocina de nuestro país, presentó recientemente en Madrid Fusión el “Sea Tonic. El chef jerezano es conocido como “el Chef del Mar”, por su valiente reivindicación de los productos del mar como elemento sustentador e innovador de la cocina más vanguardista y rompedora, que al mismo tiempo mantiene la vinculación con sus raíces y los productos de su entorno. 

El “Sea Tonic” o “Gin Tonic del Mar”, es el resultado de la revolucionaria combinación de una ginebra “Superpremium” la Fifty Pounds, con tónica y una suspensión de plancton y algas saladas de la variedad Salicornia, una de las propuestas más originales y creativas de los últimos tiempos. El Chef nos lo define: “De inconfundible color verde, el aroma y el sabor de esta bebida evocan la inolvidable sensación de estar tomando un gin & tonic frente al mar”, un deleite para los sentidos.


El carácter excepcionalmente suave y equilibrado de la ginebra Fifty Pound, que la diferencian del resto de sus competidoras, la convierten en la gin ideal para esta atrevida combinación. En España es importada por la Bodega jerezana Sánchez Romate Hermanos, conocida por el prestigioso brandy Cardenal Mendoza. 

En palabras de su maestro destilador, Charles Maxwell, en la ginebra “Fifty Pounds”: “no sobresalen los cítricos como en algunas ginebras, ni el enebro como en otras recetas clásicas, ni tampoco elementos exóticos o poco identificables que distorsionen o se alejen del concepto ginebra”. Es por tanto la ginebra ideal para el gin tonic perfecto, y para este en especial. Charles Maxwell es el presidente de la Hermandad de Destiladores de Inglaterra (Master of the Worshipful Company Distillers) y su familia es una de las grandes referentes en la destilación de la auténtica “London Dry Gin” desde el año 1685, poseedora de recetas de familia únicas como la de Fifty Pounds, rescatada ahora 300 años después. 




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